Email # 2: Técnicas para mejorar tus textos
- Marco Gentile
- 28 ene 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 14 may 2024

Descubre el método del Martillo y el Hacha y otras técnicas para mejorar tus textos que te ayudarán a pulir tus habilidades de redacción con ejercicios prácticos para escritores apasionados.
En el dinámico mundo de la redacción de contenidos, cada palabra es una herramienta poderosa y cada frase una oportunidad para capturar la atención y comunicar un mensaje claro. La redacción no es un pasatiempo casual, sino una disciplina rigurosa y un arte refinado que exige tanto creatividad como técnica. Aquí, cada escritor debe convertirse en un orfebre del lenguaje, si tiene la habilidad para tejer narrativas atractivas y verosímiles, ya ha transitado buena parte del camino.
Escribir no es hablar a través de las letras, si lo ves así, estarás limitándote a las ligas “amateur”; un escritor real es alguien obcecado con el oficio. Y que pasa mucho tiempo pensando cómo se diría mejor una frase. En muchas ocasiones se desconecta de la realidad para reflexionar sobre los asuntos de los cuales escribe. Invierte una buena porción de su tiempo en escudriñar todo lo que puede sobre lo que le interesa, y pasa horas pensando cómo se podrían contar sus descubrimientos.
Si te da flojera leer, olvídate de Redactar, no conozco a nadie que haya alcanzado un buen nivel de escritura sin ser un buen lector. Muchos opinan que ya nadie quiere leer textos largos. Yo mismo aconsejo a los Operadores de Redes Sociales, en mis estrategias, que los artículos no pasen de 1.000 palabras…
Pero quien no haya degustado una buena y extensa novela como “Rojo y Negro” de Sthendal, o “Crimen y Castigo” de Dostoievsky, le faltan cosas en la vida por conocer. La inmediatez del mundo de hoy quiere atraparnos en la brevedad del momento.
Cómo escribir textos breves sin perder sentido
No puedes ser exquisitamente breve, al estilo de Chejov, si no te dedicas primero a la contemplación y al ocio, lujos de los que no puede prescindir un buen escritor.
Solo aquellos que han estudiado a los clásicos pueden apreciar la inteligencia de la modernidad, la cual no pretende plantear que todo es nuevo, sino una evolución de lo que ya era bueno. Así se repite el ciclo, formando una hermosa espiral que se pierde de vista, y en la cual siempre debes mirar hacia arriba.
Sin embargo, también se puede perder el rumbo, como con lo hicieron los nuevos guionistas de Hollywood, la forzada inclusión de Netflix y los reggaetoneros. Entre estos, Bad Bunny merece mi reconocimiento por alcanzar una brevedad auditiva extrema, convirtiendo las palabras en alaridos.
Pero si te dedicas a leer, notarás cómo habla un escritor. Con el tiempo, distinguirás estilos, tiempos, técnicas y trucos, casi sin darte cuenta. Es así como funciona nuestra mente: cuanto más lees, más sabio y hábil te vuelves para hablar y escribir. También desarrollarás el pensamiento abstracto, esa capacidad de ver más allá de lo obvio, y cualquier cosa que mentalmente te propongas será más accesible.
Consejos para revisar tus textos
Si eres principiante y no tienes tiempo para escribir de manera concisa, escribe extensamente... Agradece este consejo a Marco Tulio Cicerón, quien un siglo antes de Cristo escribió:
"Si hubiera tenido más tiempo, hubiera escrito una carta más corta".
Esta aparente contradicción revela una máxima importante para los escritores: ¿te has preguntado cuánto trabajo hay detrás de un texto breve que, al mismo tiempo, lo dice todo sin desperdiciar palabras?
Por esta razón, debes relajarte frente al teclado (ya que muy pocos usan lápiz y no lo recomiendo, pues puede limitar la agilidad de la imaginación) y simplemente escribe sin parar. Dale fuerte a esa cosa, marcando las letras con seguridad, como en la película "Descubriendo a Forrester". Deja que se escuche el traqueteo del plástico bajo las palabras que emergen de tu mente y fluyen por tus brazos como un torrente furioso de ideas.
Es mejor escribir una gran cantidad de palabras, un palabrerío, del que puedas extraer algo para resumir, que escribir tres oraciones insalvables y quedarte mirándolas como si fueran la gran cosa. Eso le pasó a la mayoría de los nadaistas.
Mi recomendación es que escribas todo lo que te venga a la mente de una sola vez y luego te tomes uno o dos días de descanso sin revisar el texto. Espera a que cesen las múltiples voces de tu conciencia e inconsciente, que dejen de sugerirte palabras para escribir. Espera hasta que tu corazón se calme después de la emoción de cada frase terminada y hasta que desaparezca esa ansiedad por descubrir la última verdad. Este período de enfriamiento puede variar: días, meses, o con suerte, minutos.
Después de este importante lapso, prepárate un café o tu bebida preferida, evitando el alcohol, ya que bajo su influencia solo escribirás confesiones. Al releer el texto, tu cerebro indicará los cambios necesarios: resumir, reorganizar ideas, añadir nuevas y, por supuesto, eliminar aquello que no aporta al texto. Son estas sutilezas las que los escritores llamamos “pulir” la obra.
Por ahora, no te obsesiones con la perfección mientras escribes; esto distrae tu mente, que se agota en pulir la forma y descuida el fondo. En la próxima carta, hablaremos de fondo y forma. Por el momento, nos enfocaremos en las técnicas mencionadas en la carta anterior, que dejé para el final, pues tú necesitabas esta información previa para comprenderlas mejor.
Técnicas para mejorar tus textos: El Martillo y el Hacha
Para ilustrar estas técnicas, recordaré una conversación que tuve con el novel escritor Elvis Russo. Él posee un florilegio verbal muy colorido, y lo supe porque le hizo una buena crítica a uno de mis cuentos titulado “Coronaduro”, en la que se expresaba de tal manera que pensé: “Si este chamo escribe, lo quiero en mi equipo”.
Le asigné su primer trabajo, que consistía en un texto periodístico, no literario. Elvis lo redactó con un lenguaje exquisito e impecable, pero resultó ser demasiado críptico para nuestros lectores de redes, quienes no estaban familiarizados con el término “críptico”. (Sí, tócalo y regresa, es rápido)
Además, el texto era demasiado extenso, así que le dije:
-La Técnica de Cortar es también un arte. Hay frases enteras, incluso párrafos, que nadie echaría de menos si no estuvieran. Si algo no es absolutamente necesario, si no aporta o es solo relleno… ¡Dále un Hachazo! Esa es la técnica del Hacha.
En sus primeros artículos, Elvis fue perfeccionando sus textos considerablemente. Le hice pocas correcciones, para mostrarle diferentes técnicas. En una ocasión, le expliqué algo así:
-A veces no basta con cortar; también hay que unir los fragmentos para crear piezas más compactas. Se trata de decir más escribiendo menos. Tomas las frases que inicialmente debes “Recortar” y buscas términos, palabras o expresiones que condensen la idea, cambiando un concepto largo por una frase más impactante, como un golpe directo al hígado. Esa es la técnica del Martillo.
Para ilustrartelo, voy a aplicar ambas técnicas, en un intento por mejorar los dos últimos párrafos que acabas de leer:
“Suprimir el cotorreo y compactar los párrafos; ésta es la técnica del martillo y el hacha”.
Estas técnicas para mejorar tus textos son las que te prometí en mi primera carta, y también dije que hablaría del Detector de Mie#$& en esta segunda carta, pero creo que sería más apropiado dedicar una carta exclusiva a este tema.
Mientras tanto, te propongo un ejercicio mental que considero excelente para reflexionar sobre los dilemas de la redacción:
La Biblia dice que Dios no miente, pero también menciona que envía "espíritus de confusión"...
Intenta desarrollar una teoría sobre este tema y compártela en la caja de comentarios.
Nos leemos en el próximo email.
Este artículo es una edición de la Carta # 2 del libro “Lo que aprendí del error”, puedes seguir la secuencia en mi Blog
Glosario de términos:
¿Qué significa la palabra críptico? Adjetivo. Que resulta incomprensible o enigmático para quien no posee una clave de interpretación adecuada. Sinónimos: oscuro, subterráneo, disimulado, enrevesado, encubierto, camuflado, escondido, secreto, velado, misterioso, ininteligible, impenetrable, incomprensible, incognoscible, indescifrable. (Regresar al párrafo)
No entendí varias cosas me imagino que es porque me falta leer voy a leer esos libros que dices
muy buen escrito